viernes, 19 de noviembre de 2010

El otro lado de la artroscopia

Los nervios, aunque intento disimularlo, van en aumento. He llegado a la sala de espera de los quirófanos del Hospital de Viladecans y me he presentado a la administrativa.

-“Espere en la sala que lo llamaremos”, me responde amablemente.

Si hubiera hecho caso a los comentarios de algunos “amigos” no me operaría. Todos conocen algún caso que no ha ido del todo bien o que han tenido algún problema. ¡Pero lo mío es solo una artroscopia de rodilla y me harán anestesia peridural, no puede, no debe, ir mal!

Me he llevado un libro para la espera pero no me concentro en la lectura.

Pasados 5 minutos me avisan.

-“Sr. Clemente pase por aquí”.

Me colocan la pulsera identificativa y paso a un vestuario. Dejo la ropa en una bolsa, que le doy a Carme, y me pongo la típica bata blanca abierta por detrás…creo que es un momento en el que te sientes indefenso y un punto ridículo, como Jack Nicholson en la escena de “Cuando menos te lo esperas”

Paso a la antesala del quirófano. ¡Qué bien han quedado los quirófanos!, aun huelen a nuevos, ya que hace pocas semanas que están funcionando.

En la antesala me ponen los electrodos, sensores y la vía en la vena para poner los diferentes fármacos. Me saluda mi traumatólogo, el Dr. Villar, y me tranquiliza. En pocos minutos me pasarán a quirófano. El trato de todos los profesionales es amable, y no sólo conmigo, sino también con los otros 6 pacientes que estaban en una situación parecida a la mía, y eso baja la sensación de estrés.

-“Ahora puedes notar un poco de mareo y sueño”, me dice al anestesista mientras inyecta un fármaco en la vía.

No he notado ni mareo ni sueño, el estrés lo debe compensar.

Me pasan al quirófano.

- “Ahora te haré la anestesia peridural. Solo notarás un pinchazo”, me anuncia el anestesista.

Me colocan en posición y es verdad, solo noto el dolor del pinchazo de la anestesia local, después noto alguna manipulación pero sin dolor.

Ya está todo listo para empezar ya no hay marcha atrás.

-“¿Quieres ver la intervención?” , me pregunta mi traumatólogo.

Como soy curioso acepto la propuesta y me acercan una pantalla.

Del campo quirúrgico no veo nada. Noto que me tocan y manipulan la pierna pero no dolor. Veo como se introduce la óptica por el trocar y entra en la articulación, ya ha empezado la intervención.

Repasan la articulación observando los meniscos, el roto y el que está bien, los ligamentos cruzados y cara articular de fémur y tibia. Se confirma el diagnóstico, solo esta roto el menisco interno y el resto está bien. Retiran los fragmentos del menisco roto y regularizan los restos que están bien.

Conforme avanza la intervención voy notando alguna molestia, no es dolor, solo molestia. Estaba pensando en decírselo al anestesista cuando me dicen que ya están acabando. ¡Menos mal!

Un último repaso al interior de la articulación y ya está, retiran la óptica y se acaba el espectáculo. Todo ha ido bien.

Llega el momento de pasar de la mesa de quirófano a la camilla y de allí a la sala de preanestesia donde había estado antes.

El Dr. Villar viene a ver cómo estoy y sale a explicárselo a Carme.

Voy notando como se va pasando el efecto de la anestesia y recupero poco a poco la movilidad y la sensibilidad en las piernas. Cuando ya estoy más recuperado me pasan a otra sala donde esperar a que se pase del todo la anestesia.

Me dan agua y un zumo, ¡por fin!, no he bebido nada en todo el día. Hay que esperar a ver si tolero los líquidos, sin vomitar, y a que se pase del todo el efecto de la anestesia.

Después de un rato más largo de lo que yo hubiera querido me dejan marchar. Me dan las instrucciones de enfermería para la recuperación, el informe de alta y la medicación.

Cojo las muletas y a la calle, procurando no apoyar sobre la pierna operada. Al salir ya es noche cerrada, miro la hora y son casi las 8 de la noche, han pasado 6 horas y vuelvo a casa, ya sin menisco pero convencido que he tomado la decisión correcta.

Inserto un video de Youtube de una artroscopia de rodilla, también por rotura del menisco interno.

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