martes, 28 de abril de 2009

Rugby




Cuando mi hijo, Pau, de 7 años, bajito y delgado, quiso ir a entrenar con el equipo de Rugby de Castelldefels (Castelldefels Rugby Unión Club) yo pensé que no aguantaba ni dos entrenamientos. Estaba convencido que un deporte rudo, aunque con muchos valores agregados a los deportivos, no le iba a gustar. Para mi sorpresa, agradable, no ha sido así y está encantado de ir dos veces por semana a entrenar. Este fin de semana pasado ha participado en un encuentro de Escuelas de Rugby en Thuir, cerca de Perpiñan, que acabó antes de la hora por la intensa lluvia. El único mini partido en el que participaron los de su categoría, prebenjamines, lo perdieron, pero mereció la pena ver la cara de satisfacción cuando le dieron una medalla de participación y por el gran ambiente entre jugadores, madres y padres que fuimos de acompañantes.Y esto no para aquí dentro de dos semanas se va al campeonato de España de Escuelas de Rugby. Tenían razón los entrenadores cuando el primer día nos dijeron que “en el rugby cabe todo el mundo”.

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